Falling in love for the last time -
(outtake)
Capitulo 7: Dont worry, Im with you
(montreal - Agosto 2010)
KRIS - POV:
- ¡Son las 7 de la mañana! ... ¡Quiero ir a dormir! -
- ¡oh vamos! No es mi culpa que anoche hayas estado hasta tan tarde en la fiesta.
- ¡era domingo! – objetó.
- ¿y? Con más razón... Tenemos que trabajar. - pasé mis dedos por mi cabello un poco desesperada, él me estaba quitando la paciencia...
- "Tenemos" es mucha gente. "Tengo que trabajar" sería más adecuado. – aclaró con desdén, cosa que yo no hice caso, pero él prosiguió. - Yo aún me quedo una semana más aquí...y no tengo apuro en filmar... No como otras que adelantaron sus grabaciones... - me contradijo empleando su acento inglés irónico.
- Tom, ¿sabes que te vuelves insoportable cuando te pones así? - le espeté sarcásticamente mientras caminábamos por el pasillo del sexto piso del Hotel, rumbo al ascensor.
- ... - obvió mi comentario, como un chiquillo malcriado, rodando los ojos. No me quiero imaginar, cómo era Tom de niño cuando lo levantaban para el colegio. Seguro que hacía algún berrinche como ahora... Todo lo contrario a mi Rob...
- ¿Por qué no despertaste a tu novio? Me parece raro. - me preguntó, pero sin efecto.
Automáticamente me hizo recordar a Rob tendido en mi cama con su cuerpo totalmente desnudo y los rayos del sol reflejandolo a contraluz, cerré los ojos y por unos momentos visualicé la escena y me sorprendi del valor que tuve al usar todo mi autocontrol para no quitarle las sábanas y atarcarlo con mis labios... De inmediato, sentí un corriente eléctrica atravesándome por completo, y un pálpito en mi centro, pidiendome que regrese al dormitorio y de rienda suelta a mi imaginación...
…Creo que me estoy quedando sin pudor… él me lo está quitando cada vez más…
- ¿Stew? Hey... – pasó una mano aleteándola delante de mí. - ¿No sabes por qué no despertaste a tu novio? ¿O los dos se han propuesto en malograrme el sueño? - preguntó Tom quebrando mi pecaminosa fantasía celestial...regresándome directamente a la tierra.
- Shhh... Quiero darle una sorpresa... - le contesté prudentemente. Más que una sorpresa seria un regalo de navidad anticipado para mí y mi seguridad mental. Quería sorprenderlo con todos los preparativos ya hechos para el viaje a Argentina, sin tener que molestarlo, y menos dando oportunidad a que él se desanime... Aunque dudo que lo haga...
Estoy más que segura que se pondrá feliz... "Nuestra segunda luna de miel" como él me dijo... Seria fantástica, y nuevamente en otro continente... Quien lo digiera, parece que estamos destinados a celebrar y pasar los mejores momentos de nuestras vidas en diferentes partes del mundo... Francia, España, Hungría, Inglaterra, Canadá, ahora Argentina...y luego sería Brasil. Hubiera sido genial si Rob me hubiera acompañado a Australia en vez de Taylor, pero tenía que cumplir con sus obligaciones de actor; fueron días lamentables para mí y mis interminables ansias de tenerlo a mi lado cada noche, cada tarde, después de una rueda de prensa, después de un día agotador… él disipaba todo mi cansancio, me llenaba de energía y me abría sus brazos para amarlo sin control y perderme dentro de su mar esmeralda, y su aroma embriagador.
Nos extrañamos demasiado. Sentia la tristeza de su voz tras el telefono cuando le contaba todo el itinerario que hacíamos en Sídney, menos mal que, en su momento, como hábil maniobra, obvié la experiencia con los tiburones, pero cuando vi su rostro de semi felicidad y de ligera melancolia nuevamente en el show de Jimmy Kammel, senti hincadas dolorosas en mi pecho. El lo hubiera disfrutado...
Muchas veces no quería salir del hotel, porque no le veía sentido divertirme sin él; tuve muchísima suerte, por aquellos días, de tener a un amigo como Taylor, quien me ayudó a levantar el ánimo, y no sentirme tan sola, además intuimos a unas platicas muy interesantes en las tardes y noches...
Claro que cuando regresé, Rob no perdio tiempo en desquitarse y marcar su territorio frente a Tay... él siempre celoso... ¡Dios, Cómo lo amo!
Pero ésta vez no será asi, lo llevaré conmigo, llevaré sus tentadores labios y sus incitantes besos, sus ágiles y expertas manos, su aliento y su perfume delicioso, sus delirantes caricias y sus dulces palabras... Llevare todos sus lados humanos y celestiales posibles a mi lado... Sería exótico...
-Vamos Stu… sabes que me debes varias... - lo miré de reojo arrugando mi nariz tratando de sonar seria. Mientras bajábamos por el ascensor, junté mis brazos apoyándome en la pared derecha mofándome de sus expresiones.
- ¡Las cosas que me hacen hacer ustedes dos! - exclamo en voz baja.
- Pero, así nos quieres. - le sonreí.
- ... - bufó y rió por lo bajo, lo que lo tomé por un sí.
Tom se habia convertido en un hermano más para mí, un amigo en quien confiar plenamente, era tan transparente como mi novio, y tan mal mentiroso como él, estoy feliz que Rob tenga amigos tan cercanos y leales como el gato Stu.
…
..
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Llegamos rapidamente a una habitación grande que lo habian ambientado como sala de juntas, tenia una mesa en el centro y al lado derecho un estante rectangular arreglado con un mantel de seda blanco y un tapete color ocre, el cual ofrecía todo un servicio de catering. Después de esta reunión pequeña, iría a culminar unos cuantos detalles de mis escenas de plano completo.
- ¿Será confidencial nuestra llegada a Argentina? - les volví a preguntar. Ya ni recuerdo cuantas veces, durante este tiempo insistía en esta simple pero importante pregunta.
- Sí. Es lo que queremos lograr. En una semana nos reencontraremos en el aeropuerto de L.A. Nadie sabrá esto, porque sólo seremos el elenco principal y nosotros. - explicó Walter S. director de la película. –
- Si estás segura de que Robert irá, podemos incluir un asiento para él, si no el podría viajar en un vuelo anticipado...o después. –agregó el productor, Francis C. – Como ustedes lo deseen, pero tienes que decirnos ya. Las reservaciones estan sólo para confirmar.
- Creo que lo más seguro es que comparta con nosotros el mismo avión. –les respondí con firmeza. No podría dejar que él se vaya en otro vuelo, no lo veía prudente, y llamaría más la atención de los periodistas.
- Está bien. Cuando lleguemos a Argentina, será de incognito, nos ayuda muchísimo la escasez de escándalos y el apaciguamiento mediático de estos días después del incidente. –agregó el productor. Sé muy bien a qué se refería, aquel incidente fueron las fotografías de Rob y mías dentro del set.
- Tenemos reservado el hotel en Bariloche y una casa en buenos aires. - se acercó y me enseño unas fotografías del hotel se veía hermoso, como sacado de un cuento, el cielo era de un color azul intenso, y no me equivoqué, las montañas y el prado verde que se extendia a su alrededor formaban una combinación mágica e impactante, Rob amaria esto, porque tenia un aire muy parecido al paisaje de Escocia.
- Aquí es donde pasaremos algunas horas antes de tomar el otro vuelo de conexión. - me indicó, dándome las fotografías.
- Es increible Wall, te lo agradezco mucho. - me respondió con una ligera sonrisa, él no era hombre de muchas palabras, y me mostré agradecida internamente ya que aún me siento cohibida con su presencia. Pero tambien le agradecia todas las posibilidades y la buena disponibilidad que me ha brindado hasta ahorita con el tema de Rob.
Sonreí como respuesta.
..
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- Kris, tengo que hablar contigo, es urgente. - me sorprendió Ruth al salir del salón unos 20 minutos después. Me había estado esperando con el ceño fruncido y con la mirada perdida.
- Te veo en la camioneta. - se adelantó Tom dejándome sola con mi manager.
- ¿Qué sucede Ruth?
- Te fui a ver a tu dormitorio, y me recibió un Rob desesperado... ¿Qué le hiciste al chico? Parecía que sus ojos no cabían en su órbita, y su cara estaba desencajada.
- oh... Shit... No pensé que se pondría asi.
- Tú mejor que nadie sabes cómo es él. - me miró alzando una ceja y no pude desviar mi rostro de sus ojos examinadores. Ella tenía toda la razón, nunca olvidaba despertarlo antes de salir, porque sé lo que se siente, y, al igual que él, odio no levantarme a su lado, admirando su belleza, y sintiéndome tan en paz conmigo misma, disfrutando mi vitamina diaria. - En fin, no le dije nada a él porque lo vi confundido, pero ganas no me faltaron. Pero a ti, sí.
- Ok. - respondí pausadamente. - Me estas asustando. - su tono de voz cambio tan furtivamente, que me provoco incomodidad y una ligera punzada en mi estómago.
- ¿Se puede saber en donde estuvieron anoche?
- ¿Es eso? ya lo sabes, paseamos un rato, nos encontramos con unas niñas, y luego fuimos con Tom a la fiesta, ¿por qué?
- ¿Y se besaron? - inquirió.
- ¿qué? - pregunté sorprendida. De cuando acá a Ruth le importa si me besé o no con Rob. Este diálogo se estaba volviendo más una conversación madre e hija en etapa de rebeldía...
- ¿se besaron? ¿En la calle? ¿A vista y paciencia de todos? Dime sí o no, sólo quiero confirmar lo que me han dicho desde que amaneció el día, y claro, sin olvidar la parte en la que me amenazaron.
- Bueno... Si... Ósea... Fue un arrebato... No nos pudimos controlar... Fue un momento... Este... - no sabía cómo explicarlo, pero a ver, un segundo, porque tengo que explicarle que hice o no con él... Escuché "confirmar" "amenaza"... Pero, ¿qué sucede? Sacudí mi cabeza, y la volví a mirar - bueno... Ehhh... ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo que confirmar?
- ¡Quién los entiende a ustedes! Ósea que es cierto... - dijo para sí misma, cogiéndose el mentón. Me observó unos minutos y por fin habló. - Kristen, me llamaron muy temprano, casi de madrugada, los de Pop Sugar, para decirme que hay fotos tuyas filtrándose en la red donde sales besándote con Rob en plena calle. Sacaran todas juntas en unas horas.
-...-
- Prepárate, porque los pocos periodistas que los acosaban, se incrementaran al triple aquí y ni que decir en Los Angeles. No quiero que los tomen por sorpresa, pero lo más probable es que ya estén enterados de todos tus viajes, sobre todo el día que regresan a LA. Querrán sacarles fotos, y obtener una declaración confirmando su romance.
- ¿¡Qué!¡Malditos paparazzis! - gruñí.
- y... esto es más difícil… - cortó lo que me iba a decir, la noté impaciente.
-¿hay algo peor que ésto? – le pregunté y ella afirmó.
- Es mi obligación decirte que también tienen fotos de la casa donde viven. Parece que las tenían escondidas o a la espera de alguna noticia impactante como esta para sacarlas a relucir, y crear un boom mediático... ¿Puedes creerlo? No dudo en que estarán esperándolos a las afueras para ratificar que viven juntos también.
- ¡Mierda, ésto no lo aguanto! ¿Quieres decir que ni a mi propia casa podré ir? ¿Pero qué les pasa? ¡Están locos! - grité, pregunté casi hostigué a mi manager sin darme cuenta, pero no podía mantener la calma frente a esta declaración.
- Lo sé K... Es penoso, todo esto es lamentable... - me respondió totalmente apenada brillando la sinceridad en sus ojos y en cada palabra. - Lo mejor es que busquen otra casa, o se hospeden en un hotel, al menos por un tiempo. Háblalo con Robert, y decidan juntos... Pero les sugiero un hotel por esta semana mientras consiguen otra casa, en alguna zona más privada. Puedo comunicarme con Steph en Los Angeles, para que vaya ultimando los detalles.
Bufé y despeiné mi rubio cabello con mis impacientes manos. Todo esto me cayó como un balde agua fría, hace unos minutos estaba tranquila, feliz, haciendo planes para Argentina, y ¿ahora? ¡Todo se derrumbo! Me invadió la ira, la cólera, la desesperación y sobre todo la impotencia...
Si, la maldita y odiosa impotencia una vez más... ¡No podría hacer nada aunque quisiera! No podría evitar aquellas fotos, no podría mandar a la mierda toda y ser invisible por un día... Era frustrante y casi irritante tener que soportar esto... Pero, ¿qué se habrán creído esos paparazis?, invadir lo mas intimo y privado como lo es mi casa, nuestra casa...
Me siento fatal, como si me apresaran y me arrinconaran en una calle sin salida, a la espera de verter todas sus ansias en mí, dejándome completamente vacía y sin sentido de independencia.
Mis sueños, mi felicidad están en esa casa, tengo tantos buenos recuerdos, tantas sensaciones, que despedirme sin siquiera tocarla o apreciarla por última vez me estaba sacando de quicio.
Momentos como éste, son los que odio con toda mi alma… nuestra privacidad era el único rincón subjetivo en el mundo en el cual podríamos refugiarnos y mostrarnos tal y como éramos… pero ahora todo esto ya no existe, se extinguió como una frágil burbuja, o un castillo derribado… es horrible.
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Salí de la sala de juntas cabizbaja y trazando varios planes en mi cabeza para hablar con Rob y decírselo de la mejor manera. Si yo me puse así, me imagino cómo se pondrá él.
- Kris... - irrumpió la voz de mi novio a mitad del pasillo, a unos pocos metros de la sala de juntas, el tono que empleó era casi tranquilo, pero sus ojos lo delataron... estaba conmovidamente asustado.
-Rob… tuve que salir temprano, discúlpame por no despertarte.
- No tengo que disculparte nada, mi amor, pero no lo vuelvas a hacer. Sabes lo que eso significa para mí. - dijo atrayéndome hacia él, me abrió sus brazos y me fundí en ellos...no tenía valor ni ganas para decirle todo la verdad, enterré mi cabeza en su pecho y nos quedamos así un buen rato. Yo seguía en shock. -
- Rob… -
- Ven, vamos Kris... Quiero que acabes rápido para disfrutar nuestra última noche juntos aquí, como te lo prometí.
- Pe... Pero Hon... - quería decirle que no tenía ganas de nada, que me estaba odiando a mí misma, que estaba desentonando con la realidad, que... quería largarme de aquí cuanto antes... Pero no podía... porque sería romper en minúsculos pedazos mi corazón y el suyo...
Sólo asentí, y caminamos juntos con dirección al patio trasero del Hotel, para tomar el carro que nos llevaría al Set.
...
...
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Me tomé mi tiempo en la ducha, sintiendo el chorro de agua tibia recorrer mi cuerpo, hubiera preparado un baño de espuma en la tina, pero seguía sin ganas. Por otra parte me sentía especialmente agradecida por la rapidez que se realizó la última toma, lo que me permitió hablar con los productores, y explicarles ciertas cosas.
Cuando regresé a mi tráiler, Rob no estaba, en todo el día lo noté tranquilo pero un poco desesperado también, seguro que era porque no estuvo para el cumpleaños de su mamá en Inglaterra… muy pocas veces él no cumplía en visitarla y pasar varios días a su lado con sus hermanas, pero por mí, él estaba desobedeciendo… ¡qué diría Clare!...
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Desde que llegué a mi habitación del Hotel, no lo había visto. Me estaba pareciendo raro, pero no le di importancia... No podría irse lejos, y yo necesitaba asimilar por completo esta situación, para mostrarme fuerte con él y darle cara a los malditos e impertinentes paparazzis mañana...
Mi casa... Mi lago... Mi vida...
Suspiré. Me convenzo cada vez más que no todo se puede tener en esta vida...o vives por algo o sufres por lo mismo.
Salí envuelta en toallas dispuesta a cambiarme, cuando noté la silueta de mi novio parado al lado de la mampara que da al balcón, me regaló una sonrisa y apagó su cigarro, dejando la colilla en el cenicero de la mesa de noche.
Se me acercó, y acarició mis hombros desnudos, cerró sus ojos y me besó cálidamente. Aquel beso sutil, me devolvió la paz que anhelaba mi alma y mi cuerpo desde la mañana.
- Vístete Kris, iremos a cenar. - me dijo sonriendo, me cogió de la mano y como un caballero trató de hacerme caminar hacia el ropero, pero yo no me moví ni un dedo, me mantuve quieta y fuerte, a lo que él volteó sorprendido.
- No tengo ganas... - susurré demandando más y más sus besos, me abracé a él y lo apreté contra mí, hacer esto, hizo que pierda la fuerza de mis brazos los cuales aferraban las toallas blancas a mi cuerpo desnudo, ellas cayeron por completo al suelo, resbalando y modelando mis curvas, sus manos tibias respondieron a mi necesidad de contacto y me apresaron... Gemí al sentir enormemente el poder que ejercía sobre él…
Buscó mi boca con la suya, y nuestras lenguas danzaron al mismo ritmo, mientras mis manos frenéticas encontraban el cierre de su polera... Se separó un poco de mí, y me observó intensamente, con aquella mirada oscura y sedienta de pasión, la cual aumentó mi lívido por completo.
- Amor, vamos a cenar... No has comido nada en todo el día. - logró pronunciar aferrándose a la idea de que era lo mejor para mí, y no tomando en cuenta la necesidad infaltable de mi cuerpo hacia él.
- Pero...
- Vístete por favor, verte asi está debilitando el poco autocontrol que me queda...
- No tengo ganas de salir, no quiero ver a nadie... Y el restaurante debe estar lleno.
- Nunca mencioné a dónde iríamos. Solo te dije que te pongas algo de ropa. – sonrió y suspiró.
Me enrojecí sintiendo que aquella alusión era inadecuada cuando estaba haciendo lo imposible por ser razonable y no tirarlo a la cama de una buena vez.
- No podemos salir del hotel...
- Lo sé Kris, no tengo la mínima intención de hacerlo... - me dijo algo apesadumbrado. Mi rostro debe estar hecho un asco, para que él reaccione de esta manera, no lo culpo, hoy no traigo ni por asomo mi peor cara. Me agaché. -
Como leyendo mi pensamiento, se me volvió a acercar, y con su cálida mano acarició mi rostro, mi nariz, mi frente disolviendo los gestos fruncidos, y terminando por mis labios… cerré los ojos, que bien se sentía tener a alguien que te ama.
- Te amo Rob. - me empiné y rocé sus labios. Apoyó su nariz en mi mejilla, y con su mano derecha bajó por mi espalda, jugando con la yema de sus dedos... Fue tanta la ternura que desbordo por sus poros, que me recriminaba a mi misma el porqué no hacia ni le decía nada...
- Kris, yo te amo más... - sonrió. - anda, apúrate y vístete que ya tengo hambre. - me lo dijo sensualmente muy cerca a mi oído, mordió el lóbulo de mi oreja, y supe muy bien a qué se refería...porque yo también me encontraba así, lo acababa de demostrar cuando casi mis deseos se apoderaron de mi cuerpo y lo hacía mío...nos necesitábamos lo más cerca posible, yo necesitaba ser amaba, sentir que él estaría por siempre a mi lado...que nadie me lo quitaría...era lo único que me quedaba… Y todavía era mío.
Cuando él se entere del problema de mañana, será un ultimátum para ambos. Me importaba mucho o poco las fotos que salieron durante el día, nos estábamos besando en ellas, sí, es cierto, y no me arrepiento, porque la noche anterior fue mágica y única...la repetiría mil veces más; y todo este escándalo no lo hablaría con la prensa, seria idiota.
Lo que me sublevaba era que se hayan metido con nuestro hogar... con nuestra pequeña casa... nuestro lugar feliz...
- Te espero afuera. - depositó un beso en mis labios, y salió. Recogí las toallas del suelo, y me dispuse a cambiarme. Tenía que apresurarme si quería tenerlo a mi lado...
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- Sra. Pattinson, no trate de quitárselo. – me dijo Rob atrapando mis manos malcriadas e impacientes dispuestas a sacar ese pedazo de tela que me fastidiaba.
- Me mortifica, Rob. Si estuvieras en mi lugar, ya estarías peor. – hice un puchero. – Tú llevas ventaja, no traes nada. – jadeé.
- No usarás esos trucos conmigo hoy. Sabes cómo me pongo cuando te ves indefensa.
- Es la verdad…me lo voy a sacar quieras o no. He esperado mucho tiempo para esto. – traté de zafarme de su agarre, pero era imposible. Él tenía mucha más fuerza que yo.
- Sólo un momento más… ¡oh! ya lo estoy sintiendo.
Me congelé en ese momento. Había sido un camino tortuoso y por fin estaba llegando a su fin. No podía hacer otra cosa más que agradecérselo de la mejor manera, claro que primero le daría unos buenos golpes en su barriga por ser tan insoportable.
- Ok. ¡Ahora sí! sácatelo y empecemos… - me dijo. – no, mejor te lo saco yo. –dicho esto, se puso detrás de mí, y con suavidad desamarró la pañoleta que había oscurecido mi visión durante unos largos y tediosos 15 minutos. Abrí lentamente mis párpados, y lo que vi, casi me provoca un infarto. Era hermoso… perfecto… como él.
-¿Te gusta?
-Me encanta… - seguía maravillada, había valido la pena esperar tanto tiempo con una venda en los ojos, subiendo y bajando por el ascensor, y sintiéndome una tarada total.
Cuando terminé de vestirme, con unos jeans de dril oscuro, y un polo manga corta color café, y me dispuse a salir de mi dormitorio, él me obligó a ponerme un pañuelo en los ojos, alegaba que era una sorpresa, y yo para no contradecirlo, y al menos hacerle más llevadero las futuras declaraciones, accedí gustosa… además sería nuestra última noche aquí en Montreal... teníamos que aprovecharlo, tenía YO que aprovecharla, y hacer como si nada hubiera pasado.
Pero, como dije, valió la pena en lo absoluto… mis ojos no podían creer lo que estaban mirando. Rob me hizo entrar a la Suite, era el triple de grande que nuestro cuarto de hotel, tenía una sala de estar inmensa color chocolate, frente a un gran juego de entretenimiento color caoba, los cuales contrastaban enormemente con la alfombra caqui que cubría la cerámica marmolizada. Al lado, estaba el comedor y un bar, bajo la luz de las velas, que acompañaban a las copas y platos de la mesa, se levantaba un gran arreglo floral, eran mis favoritas.
Todos los colores se volvieron tornasolados, y daban una impresión surrealista al ambiente, sobre todo al inmenso piano de cola que se situaba estratégicamente en una esquina de la sala, exhibiéndose como una hermosa obra de arte, y lo era, era imponente y bello.
- Rob, ¿qué hacemos aquí? – le pregunté confundida arrugando la nariz, quizá era todo imaginaciones mías. Pasé mi mano por el mantel de seda, era tan dolorosamente suave.
- Mi amor, te prometí una cena especial… a mi estilo… y bueno… - agachó su cabeza como un niño avergonzado. – si no es lo que pensabas, o no lo querías así…
-No tontito…esto es perfecto….nunca me imaginé que harías esto… - lo cogí de la mano. - Pero… tengo que decirte algo, ha pasado muchas horas, y quiero que lo sepas. Si no, no podría estar tranquila si te lo sigo ocultando… sólo que no quiero arruinarte la cena, pero no doy más. - expliqué sintiendo a mi corazón precipitarse.
- No tienes que contarme nada…ya lo sé. – mi cara cambió totalmente, y un sudor frío emergió por mi espalda. – Cuando Ruth tocó la puerta de nuestra habitación, buscándote, me di cuenta que algo andaba mal. Sólo me faltaba coger mi gorra y mis lentes y salir, y eso hice. Recordé que mencionó al productor y una reunión con el Cast, así que no me fue difícil llegar a la sala de juntas.
Quise entrar para abrazarte, pero fue ahí cuando escuché todo, gritaste y maldeciste muy fuerte… la noticia aplacó todo sentimiento feliz que hubiera tenido, me sentí terriblemente triste, no podríamos regresar a nuestra casa como habíamos querido desde hace días… Pero verte a ti, en ese estado, era peor, destrozó mi alma… sé que trataste de ser fuerte todo el día en el Set, pero tú no me engañas, te conozco demasiado bien, para saber cómo estabas…asi que decidí esmerarme más en esta cena, hacerla lo mejor posible para que de alguna manera olvides todos esos sentimientos espantosos que pasaste, y que pasaremos. Hoy sólo quiero que tú disfrutes y seamos felices como si nada de esto hubiera pasado.
-Rob… - quise hablarle, pero sentí un nudo en la garganta que me apresaba, me percaté que estaba llorando cuando el sabor salado de la lágrima llegó a mis labios.
-Dime que lo disfrutaras, que lo que hice, no es en vano, quiero que sonrías, que te rías conmigo, hasta que me hagas bromas y te burles de mí, pero borra esa tristeza en tus ojos, nos queda aún muchos años por vivir juntos, conoceremos nuevos lugares, y sobre todo, estaremos para apoyarnos mutuamente, no dejaré que nada ni nadie te haga daño. ¿Me entiendes?
-Si… Dios…Rob… - susurré, no podía aguantar más. – Gracias…muchas gracias…te lo prometo. – balbuceé secándome las lágrimas.
-Ven aquí. – me acercó a su regazo y me abrazó con toda la fuerza de su corazón, le respondí de la misma manera, y fortalecí la idea que otro hombre como él, no podía existir para mí, es único, y perfecto.
Interponer su felicidad por la mía, era una de sus cualidades y me daba vigor para enfrentarme a cualquier designio, no podía dejarme caer, no podía fallarle, porque él tenía muchísima razón, tenemos muchísimos años por vivir juntos, ya encontraríamos otra casa, ellos me la arrebataron, pero lo que nunca obtendrán serán mis recuerdos y al hombre de mi vida.
…
..
La cena fue de lo más romántica, algo muy natural en él, y algo que me fui acostumbrando de a pocos... Nadie me había tratado de esa manera...mejor dicho nunca imaginé que un hombre podría amar tan intensamente como él...
Sólo con Rob conocí el amor... Y sólo con él seré feliz.
Se levantó de la mesa dejando de lado la cena terminada, y me ayudó a incorporarme, luego, me dirigió sin apuro con dirección a la sala, hasta situarme a unos metros del piano de cola blanco, rapidamente con gracil gesto se remangó su polera y se situó frente a él admirandolo con una simple caricia visual, levantó la tapa que cubria las viejas teclas y empezó a tocar mi canción preferida de Van Morrinson. Cada sonido que salía del precioso instrumento, era música celestial para mis oidos, lo sentia como caricia de invierno, o una brisa fría en verano. Rob tocaba el piano maravillosamente perfecto, con un estilo tan propio, que me hacia soñar y estremecer.
Y su rostro, era un claro efecto de la pasión acaudalada que emitía su corazón...
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"I kissed you on the lips once more
And we said goodbye just adoring the nighttime
Yeah, that's the right time
To feel the way that young lovers do
Then we sat on our own star and dreamed of the way that we were
and the way that we were meant to be
Then we sat on our own star and dreamed of the way that I was for you
and you were for me
And then we danced the night away
And turned to each other, say, 'I love you, I love you'
The way that young lovers do".
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- Te amo... Más de lo que puedas imaginarte. -
- Estaremos juntos contra todo... te lo prometo. -
- Lo sé... - le contesté. -
Era sorprendente, cómo los acordes perfectos de la guitarra, él podía transmitirlos mediantes la suavidad del piano...
Me acerqué más, y apoyé mis codos en el piano… Sin dejar de sonreirme y deleitandose con mi cara estupefacta y líbida, cambió de melodía... a una más pausada… y siguió cantando…
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I'll be your man
And I'll understand
And I'll do my best
To take good care of you
You'll be my queen
I'll be your king
And I'll be your lover too
... Yes I will
Derry down green
Color of my dream
A dream that's daily coming true.
And ohhh when the day is through
I will come to you and tell you of
Your many charms
And girl you look at me
With eyes that see
And we'll melt into each others eyes
You'll be my queen
And I'll be your king
And I'll be your lover too
... Yes... I will... Yes… I am.
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Todo su ser se concentraba en hacerme feliz, en transmitirme paz a través de una canción, y remontarme a otras épocas...
Él tenía razón... Nuestro amor será eterno, y no existirá persona que lo impida, de eso me encargo yo... mañana tendríamos que enfrentar a absurdos periodistas, pero no me importaba ya... Con él a mi lado podría enfrentarme a mil tempestades y saldría airosa, porque él es mi vida, mi corazón, mi alegría, mi fuerza, simplemente mi hombre…
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-Te adoro, Rob. – le dije con toda la fuerza de mi alma sintiendo cómo se me formaba un nudo en la garganta… eran tantos sentimientos encontrados que estaba a punto de llorar nuevamente.
-¿Qué pasa Kris?...- se paró de la butaca y se dirigió hacia mí. Me pasó una mano por mi mejilla secando las primeras lágrimas que brotaron de mis ojos, y depositó sus labios en los míos, se movían tan suaves, tan cálidos, que no quería desprenderme de él. –Yo también te adoro, mi amor…
Suspiré de alegría…
Su declaración, como muchas otras veces que la proclamaba, estaban llenas de un sentimiento tan puro y mutuo que me tranquilizó, pero mi cuerpo pedía más y más caricias, quería seguir sintiéndome amada y deseada, lo necesitaba, aquí en este momento, y ahora, en este lugar.
Se separó de mí como vaticinando lo que se aproximaba, me miró y entendí que la noche aún no acababa para él. Se acercó al bar, se agachó unos centímetros, y de la pequeña despensa sacó dos copas y una botella de vino blanco espumante, sirvió las copas y me alcanzó una, lo probé y su sabor era delicioso pero a la vez refrescante, él sabía perfectamente todos mis gustos y anhelos.
-Está exquisito. -
Miré alrededor y me deleité de nuevo con la tenue luz de la Suite Presidencial, la cual invitaba a seguir descubriendo cada espacio, cada rincón de ella… volvió a tomar un sorbo de vino y lo dejó en la mesa, me miró suplicante, no se necesitaban palabras para describir este maravilloso momento, yo también quería hacer de esta noche, una muy especial para mi novio, porque él se lo merecía…
Quiso girarse hacia el bar nuevamente, pero no se lo permití, no podía permitirme un minuto más lejos de él. Así que fui yo esta vez quién lo atrajo hacía mí enredando mis brazos en su cuello, apretándolo contra mi cuerpo, sus ojos esmeralda rápidamente se tiñeron de un color más oscuro, y reaccionaron a la presión que yo ejercía, su mirada estaba ya clavada en mí destilando amor y deseo.
Empezó a besarme por mi cuello, aquella zona erógena que a su mínimo contacto me hacía estremecer y aclamar su proximidad. Siguió bajando por el lado derecho, y devoró mi brazo y mis manos con su boca, regando besos de principio a fin, nunca sabía cuando terminaría, porque donde besaba por última vez, volvía a comenzar después.
El ardor de mis mejillas se incrementaba, y sentía que la ropa debía exterminarla de mi cuerpo, y del suyo. Siguió besándome con desesperación, y me apoyó a la pared, me ayudó a alzarme para quedar a casi su misma altura y enrollé mis piernas alrededor de su cadera, me apretujó más hasta chocar mi espalda con una fría columna, lo cual no me importó, porque el fuego que desprendía nuestros cuerpos era más intenso, capaz de apagar un edificio en llamas.
Largamos un gemido al sentir un roce exquisito en nuestras zonas íntimas, mi corazón quería salirse, porque como otras veces, nos estábamos entregando el uno al otro, entregábamos lo mejor de nosotros, y sobre todo, se lo entregaba al hombre que amaba, y que amaría por siempre, no cambiaria este sentimiento recíproco y ardiente por nada en este mundo. Era mío, solamente mío…
Me bajó unos segundos sólo para retirarme con comodidad mi polo y pantalón dejándome sólo en ropa interior, cuando sus manos se dirigían a su pantalón, no lo permití, las quité de mi camino, y fui yo quién le desabrochó el cinturón y le bajó la cremallera del pantalón de tela, como pudimos, y con ayuda de nuestros pies, nos deshicimos de estas prendas, luego, volvió a recargarme sobre él, no me percaté de nada más, ni del frío, ni el lugar donde estabamos, solo me centré en mi novio, mi Rob, mi hombre.
Ahora con mayor comodidad, él tenía más acceso a mi cuello y a mis pechos, y yo, podía sentir su erección cada vez más fuerte haciéndome palpitar.
Por instinto, empecé a mover sin tanta sutileza mis caderas contra él, pidiendo que se incremente el roce, Rob se dio cuenta muy bien, pero él se había propuesto en hacerme sufrir con su paciencia y deleite al amar. Atinó a besarme un hombro, y me inclinó para besar mis pechos sobre la tela, gemí fuertemente y me arqueé más intensificando el lazo que había formado con mis piernas alrededor de sus caderas.
Rob deslizó una de sus manos por debajo de mi top, acariciando con ternura y finura mis senos, haciendo que la sensación de necesidad de mi cuerpo sea cada vez mayor. Por reflejo me mordí el labio fuertemente…
Lo que fue un detonante para él.
-No hagas eso... - sentí su corazón latir de forma furiosa, con ímpetu enredó sus dedos en mi cabello, presionándome más contra la pared... El estaba doblemente excitado, me besaba con pasión desenfrenada en la boca y sus manos modelaban toda mi espalda desnuda enviandome largas y deliciosos espasmos a mi cuerpo.
Lo sentí gemir en mi boca, y eso elevó mi adrenalina consiguiendo que las sensaciones que estaba experimentado se multiplicaban a mil... lo quería ahora.
Como pudo se deshizo de mi top, y mi truza, tirándola hacia el suelo, cuando sentí su mano acariciar mi centro, dando suaves masajes, me senti desfallecer, y lanzé un gritito al sentirlo tan cerca de mí, pero a la vez tan lejos por culpa de esa maldita prenda. Tiré del elastico de sus calzoncillos, para que comprenda que no podia jugar mas conmigo, y aunque me emborrachaba de esa deliciosa fricción, lo quería más cerca.
Nuestra sincronizacion era tanta que no hubo mas palabras, se liberó de su truza, y con suavidad se introdujo dentro de mi...
Una ola de calor salvaje se apodero de mis sentidos, cerré los ojos sintiendo como recorría a plenitud mi cuerpo, y como los vellos de su pecho se erizaban frente a este deleite...
Encajábamos a la perfección, no sólo en éste, sino en todos los sentidos, era como si nuestras almas y cuerpos estaban predestinados a encontrarse y conocerse...
De pronto nuestros movimientos eran cada vez mayores y mas intensos, yo reaccionaba a cada beso y mordisco que él profanaba en mi pecho liberando varios gemidos, sus manos bajaron suavemente hacia mi cadera ayudandome a moverme hacia arriba y hacia abajo marcando un ritmo.
La pasión nos infundaba, enterré mi cabeza entre su cuello y clavé mis uñas en su espalda apretandome contra él, escuché el desgarro de su voz contra mis senos, él tenía tanta fuerza para no permitirme resbalar ni caer, así como para amarme con frenesí.
- Rob... - dije contra su piel solicitando su mirada... mordí el lóbulo de su oreja, y besé su cuello aspirando su perfume varonil, aquel que me vuelve loca, me miró a los ojos tiernamente, aquellos ojos tan expresivos que me transmitian todo sin decir palabra, sin dejar de observarnos unimos nuestras narices, y nuestras respiraciones jadeantes se encontraron, creando una melodía tan natural que llenaba la habitación. Para calmar estas ansias, nos seguíamos besando, tan pacientemente como lo demanda el amor, y tan impaciente como lo pide el deseo.
Lo amo, me ama, ¿podría existir en el mundo mejor estímulo que ése? Para mí era más que suficiente y me bastaba saber que soy el amor de su vida para entregarme en cuerpo y alma hacia él... Estaba escrito, era derecho, era simplemente la vida...mi vida.
- Juntos por siempre... Contra todo... – me recordó su promesa.
Sin separarnos, me apoyó en la mesa con cuidado sin dejar de besar mis senos con extrema devoción, los peñiscaba suavemente mientras seguia con sus movimientos cada vez más ágiles, yo ya no podía más, lo apreté más a mi, dando a entender que quería mas de él...
Sentíamos al unisono cómo nuestro cuerpos se disfrutaban y se amaban, cada caricia era una incitación a más y cada fragancia nuestra actuaba como un afrodisiaco para nosotros... podía sentir con cada beso todo el amor que me estaba brindando, cómo se entregaba en cuerpo y corazón a este sentimiento... esta sensación no la cambio por nada en el mundo... es la mezcla perfecta para mi...para nosotros...
El cosquilleo debajo de mi vientre era mas fuerte e insoportable, sentí como innumerables corrientes eléctricas atravezaban mi anatomía, me arqueé instintivamente dando más acceso a mi cuerpo, y ya no pude más, perdí la razón y el contacto con la realidad, cerré los ojos disfrutando cada ola de placer que hacía vibrar mi cuerpo... habíamos alcanzado un éxtasis maravilloso...
- ... Te amo...
- Yo más. - sonrió. Saboreamos el momento juntos mientras el color carnesí de nuestras mejillas iba bajando y nuestra respiración regresaba a la normalidad.
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- Siento que no pudimos ver el cuarto... Lo habia arreglado especialmente para los dos, quería que esta noche sea especial para tí. – dijo minutos después besándome los hombros desnudos, me miró a los ojos con sinceridad reprimiendo un puchero.
- No debí perder mi autocontrol... pero verte desnuda es mi debilidad...
Le sonreí... ¡Cómo amaba a este hombre! Tan sincero, sexy, apasionado...
- Es mi turno de consertirte... ¿sabes? Desde hace rato sentí muchísima curiosidad por los demás ambientes de la Suite...
- Es nuestra toda la noche.
- Perfecto... Porque no quiero irme de aquí. - le confesé mordiéndome el labio. -
- Ni hoy ni nunca. - completó mi frase. Me sonrió, y se acercó a besarme pausadamente… me cargó, y completamente desnudos, me llevó hacia la habitación para seguir dando rienda suelta a nuestro amor, ¿y porque no? un largo y excitante baño de espuma en el jacuzzi...
...
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Continuará...
Me encanta!!!...parece real!!!=)
ResponderEliminarGisel